El abismo de Parumi Alta en Pampas, era prácticamente un cementerio. Los cuerpos de hombres y mujeres estaban regados a lo largo de la escabrosa pendiente. Con una camilla y sogas, los policías de Carreteras, sacaron a los pasajeros, la mayoría de ellos, comerciantes que iban a la feria dominical y pobladores del distrito de Colcabamba.
A 20 minutos de llegar a Pampas �Tayacaja, al parecer por una falla mecánica, el bus de placa UP-2923 de la empresa "Señor de Ataco", volcó con 54 pasajeros a bordo.
Al dar vueltas de campana, algunos viajeros salieron disparados por las ventanas, otros se quedaron atrapados en los fierros retorcidos. Después de 200 metros, la unidad quedó recostada. El panorama era desolador: las 16 víctimas tenían serías fracturas, heridas y traumatismos, parecían muñecos rotos, desarmados y ensangrentados. Esto hacía difícil el rescate.
"Todos gritaban pidiendo auxilio, no sabíamos a quien ayudar, era desesperante", contó el agricultor Hilario Torres (40), quien junto a otros dos hombres de campo apoyaron en el rescate.
DOLOR Y ANGUSTIA. El agente Carlos Mercado con 13 años de servicio en la Policía y su colega Paúl Peña, descendieron el precipicio al menos 30 veces. Los cuerpos pesados eran llevados en camillas y los ligeros eran cargados al hombro. La tristeza de la desgracia que enluta varios hogares era contagiante.
"Viven en Colcabamba, han muerto muchos paisanos, es una desgracia", decían los dolientes que llegaron a Pampas para recoger los cadáveres de sus seres queridos.
A falta de ataúdes, muchos deudos llevaron los restos envueltos en frazadas, casi todos tenían el mismo destino: Tocas, Colcabamba.