Frente a este escenario, no concuerdo con los que con todo derecho promueven el VOTO VICIADO, y lo llaman voto digno, dando a entender implícitamente que en este caso votar por uno de los dos candidatos finalistas es indigno. Con esa lógica habría que decir que los que votaron por estos dos candidatos propiciando su pase a segunda vuelta son incluso más indignos. Y aquí hago clara distinción, cuando dicha posición viene de personas que tienen demostrada actitud consecuente en contra de la corrupción, a quienes no les puedo endilgar la acusación de que están favoreciendo concientemente al fujimorismo, o que tengan algún interés subalterno, no me dejaré llevar por sus opiniones sobre un tema para poner en tela de juicio sus honras. Pero si merecen mi más dura crítica aquellos candidatos perdedores que en realidad histéricamente están calificando de indignos a quienes no votaron por ellos y que ridículamente se dan el lujo de autocalificarse “la reserva moral de Ayacucho”, negándose a aceptar su realidad, de ser incluso algunos de ellos vitalicios candidatos perdedores que ahora ocultando sus graves errores patológicos, pretenden involucrar a la población en sus resentimientos personales.
Percibo en estos personajes una posición “oculta”, que es necesario desenmascarar. Ellos promueven el voto viciado, porque la expectativa es el fracaso del futuro Gob. Regional de Ayacucho; es decir, y para esto el disimulado objetivo es que llegue Rofilio Neyra, para que por su propia naturaleza política fracase, de tal manera que ese escenario sea el mejor terreno de cultivo para resucitar entre los muertos, por eso desde ahora tratan, aunque lo nieguen de apoderarse del derecho de autoría del voto viciado. Nadie en su sano juicio puede desear o promover adrede el fracaso de un gobierno sea quien sea, porque ello implicaría desear o promover que no se resuelva aun que sea en parte nuestros problemas agrario, educativo, salud, seguridad, desarrollo económico y humano, empleo, etc, tc, etc. Digo esto porque Ayacucho es nuestra casa, y su presupuesto es nuestro, y no me puedo dar el lujo de dejar que por mi inercia y las lógicas oscuras de este juego aparentemente democrático, solo entre ambos candidatos se disputen el gobierno, sin obligarles a aflojar determinadas condiciones de beneficio para la población.
ENTONCES PREGUNTO Y ME RESPONDO:
¿Tendrá responsabilidad política, el que vote por Oscorima o por Neyra?, Si la tendrá, pero solo respecto de su oponente, porque ya no hay en carrera otras opciones de gobierno; es decir, no hay otras opciones elegibles. Entonces, solo será responsable el que vote por el señor Neyra, de que no haya sido elegido el señor Oscorima y viceversa, porque ambos tienen propósitos políticos de gobierno, que no lo tiene el voto viciado o en banco que solo son de protesta y ojo, hay también gente que vicia inconscientemente su voto, marcando mal pensando que lo hizo bien por un candidato, y esa es la verdadera razón de la existencia del voto viciado, ese es su verdadero sustento jurídico, que por supuesto ha sido capitalizado luego para promover luego el voto viciado consciente. Y también hay que decir con claridad de que en la primera vuelta el voto viciado consciente fue también en rechazo de aquellos candidatos perdedores que hoy precisamente promueven el voto viciado, esto es realmente gracioso y hasta paradógico, porque con la lógica de los llamados “dignos votos viciados”, también fueron rechazados o fueron indignos de recibir el voto mayoritario. Entonces, de que dignidad hablan. Con todo esto, mañana cuando ya haya presidente elegido alguien podrá decir: “son responsables porque no votaron viciado”, eso me parece perverso. Pues, el voto viciado como se ha señalado solo es un voto de protesta. Porque si realmente sería para anular este proceso, de hecho y sin discusiones para mí sería la mejor opción, después del cual por supuesto, tendríamos que hacer una higiene política interna de los elementos nocivos o de los “propietarios” en el sector “democrático” para presentar una nueva y verdaderamente unitaria alternativa para nuestro pueblo. Mírenlos nomas, desde ahora ya se están quitando solo entre “militantes o dueños” de estos partidos y/o movimientos las candidaturas al Congreso de la República, como si se tratara de carreras políticas personales y sin considerar que dentro del pueblo también hay personas que tienen ese derecho pero que no están afiliados a sus partidos.
¿Se puede votar por uno de los candidatos al gobierno regional, sin estar de acuerdo con él? Si, y yo que no estoy de acuerdo con ninguno de estas propuestas de gobierno por todas las razones expuestas, votaré por Wilfredo Oscorima, y también, y por ello no perderé la moral para ser duro crítico de su gestión en caso de que no sea un buen gobierno, le desearé éxitos en el entendido que el éxito es gobernar bien por el pueblo, no me estaré frotando las manos y rezando para que se equivoque, porque cualquier equivocación repercutirá en contra de nuestro pueblo a quien amamos y quien es la razón de nuestra existencia. Por eso discrepo con la posición que considera que el que vota por uno u otro es porque cree convencidamente que será un buen presidente. Las razones que acabo de exponer no son fundamento para decir que creo que Wilfredo Oscorima será un buen presidente, sino que él, frente a su contendor es el que más conviene a los intereses de Ayacucho. Así mismo, discrepo con la posición de un ex prefecto de Ayacucho quien dijo, “el que vote por uno de los dos candidatos ya no podrá criticarle cuando este se equivoque” esta irrita posición me parece traída de los cabellos, entonces antojadizamente habría que concluir que para tener derecho a criticar hay que viciar el voto. Todo lo contrario, hay que enseñar a nuestro pueblo que su voto por alguien, en cualquier proceso electoral no debe significar carta en blanco o autocensura, y que por lo tanto con todo el derecho y autoridad moral debe exigir que su candidato elegido obre bien y cumpla con sus compromisos.
¿Será responsable del hipotético mal gobierno de cualquiera que sea elegido, el que votó en esta segunda vuelta por dicha opción? No, sólo será responsable de que el otro no haya sido elegido entonces los que critiquen ese voto por el ganador que luego hierra, tendrán que demostrar que el candidato que perdió pudo haber sido un mejor gobierno. Los que desde ahora pretenden responsabilizarnos de hipotéticos errores ajenos, tendrán que demostrar a futuro, que él candidato que no fue elegido pudo haber sido mejor. Estoy muy seguro que eso, nunca podrán sustentarlo, porque el fujimorismo ya gobernó mal el país y nuestra región. Tampoco podrán demostrar que el voto viciado fue mejor, porque sus mismos promotores son conscientes que esa opción de voto no llegará a las dos terceras partes para que se invalide este proceso electoral; entonces, ¿Qué objetivo político del voto viciado podrían contrastar, con un hipotético fracaso del futuro gobierno regional?, ¿Sólo su significado de protesta?. Y eso, ¿Es serio?. Y podrían decirnos los que propician el Voto viciado, que harán después, cuando ya esté elegido el nuevo presidente regional, ¿Esperar a que se equivoque?, ¿No acudir a ninguno de sus llamados para consensuar soluciones para Ayacucho?, Sin conversar nada con él, o sin haberse esforzado para ayudar a dar salidas, ¿Le darán un ultimátum para que resuelva todo y de lo contrario promoverán su revocatoria?
Quiénes promueven el voto viciado bajo la tesis de que los candidatos son: uno de Fujimori y el otro de Kuchinski, y que por lo tanto no gobernarán a favor del pueblo ¿Son consecuentes en el tiempo?, No, entonces ¿Por qué sabiendo que Ernesto Molina era un convicto fujimorista, participaron o propiciaron la unidad entre el pueblo con este gobierno (Marcha de los Waris, Agenda Wari, Mesas de Diálogo, D.S. 048-2010-PCM,etc.) para hacer frente al Gobierno Central?. Y porque aceptaron la unidad con todos, …repito, con todos, para hacer frente al gobierno central, o esa posición ¿Dejó de ser correcta?, ¿Ya no hay que unirnos todos nunca más?.
Es hora de refrescar la memoria del pueblo y alimentar nuevas posibilidades de justicia y desarrollo social, no debemos perder el tiempo en la banalidad de los resentimientos ni frustraciones personales. Es hora de sumar esfuerzos constructivos. Quiénes asuman la responsabilidad de gobernar, a su vez, deben entender que la verdadera concertación es más que disfrutar del poder, es la participación de todos en la construcción de una región al real servicio del pueblo.
Así nos lo exigen los cientos de miles de peruanos en extrema pobreza y otros tantos que viven en una clamorosa realidad.
Ayacucho, 30 de noviembre del 2010
IBER MARAVI OLARTE