Una interceptación radial permitió al Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas determinar la ubicación exacta de una columna senderista en el poblado de San Isidro, en la zona altoandina de Tayacaja, en Huancavelica.
Tayacaja es un valle ubicado a unos 3,000 metros sobre el nivel del mar, en la inexpugnable selva del Valle de los Ríos Apurímac Ene (VRAE).
El pasado miércoles 6 de octubre, un grupo de comandos partió de la base contrasubversiva Cochabamba Grande rumbo a San Isidro. Fue un día de silenciosa caminata montaña arriba. A la una de la tarde del jueves 7, la patrulla llegó al objetivo y aguardó el momento oportuno para atacar.
Aquella noche llovió a cántaros. Al amanecer, los militares abrieron fuego sorprendiendo a los centinelas que resguardaban el campamento subversivo. Fuentes castrenses de alto nivel aseguran que, en medio del tiroteo, los senderistas se arrojaron por un barranco para escapar del enemigo. Fue tan apresurada la huida que los terroristas dejaron sus armas de guerra, mochilas y hasta sus calzoncillos en el campamento.
Según el Comando Conjunto, entre los que escaparon se encontraba Leonardo Huamán Zúñiga, ‘Alipio’, mando militar de SL en el VRAE y cerebro de las más sangrientas emboscadas contra las FF.AA. desde 1999.
En el lugar, los militares decomisaron armamento, radios y propaganda.
El verdadero tesoro fue el descubrimiento de una cámara digital Kodak encontrada en la mochila No17, supuestamente del camarada ‘Alipio’.
LOS ‘PIONEROS’
La cámara tenía tres memorias externas con más de 100 fotografías a color de la columna de ‘Alipio’. Las imágenes datan del 2007 y el 2008.Aparecen en las fotografías ‘Alipio’, Raúl Quispe Palomino, ‘Raúl’, y mandos hasta hoy desconocidos de SL. También mujeres y numerosos niños.
Se trata de menores de edad de entre 5 y 16 años, quienes posan para la cámara senderista armados con fusiles AKM y Galil, sustraídos por los terroristas durante las numerosas emboscadas a las patrullas castrenses.
Algunos niños fueron fotografiados por los propios subversivos durante sus lecturas de los manuales de Mao Tse-tung y otros en sus aparentes quehaceres diarios en la selva. Frente a la dureza que muestran los mandos senderistas del VRAE hay inocencia en la mirada de estos niños.
El año pasado, el programa Punto Final de Canal 2 difundió imágenes del camarada ‘José’, mando político de SL en el VRAE, y su pelotón de 17 menores, a los que llamó ‘pioneros’. Pero, de acuerdo a las fotos encontradas en San Isidro, los niños del camarada ‘Alipio’ suman más de 50.
Fuentes militares sostienen que ‘Alipio’ suele secuestrar menores de pequeños centros poblados en los que incursiona periódicamente. El año pasado, las FF.AA. capturaron al senderista Sergio Velásquez cuando plagiaba a dos niños de 6 y 8 años en Canaire, Llochegua, Ayacucho.
“Esto merece el rechazo pleno de la sociedad y del gobierno porque se trata de un gravísimo atentado contra los derechos humanos de los niños”, declaró por entonces la directora ‘Save the Children’, Teresa Carpio.
Rubén Vargas, de InfoRegión, comentó a CARETAS que muchos de estos niños son “captados en zona Asháninka, en el Ene, y otros son los propios hijos de los terroristas que se refugiaron en el VRAE hace una década”.
El uso de niños por parte de Sendero ha sido denunciado desde agosto de 2009 por grupos de derechos humanos peruanos que condenaron el empleo de menores de edad en acciones terroristas ante Naciones Unidas.
Versiones de las FF.AA. indican que ‘Alipio’ utiliza a estos menores durante sus ofensivas contra las patrullas militares, pero Vargas duda de estas informaciones. “Yo no sé si a los senderistas les resulta conveniente llevar niños en este tipo de operaciones. Las emboscadas requieren de cierto profesionalismo. Llevar niños les resultaría contraproducente”, dijo.
Por el contrario, el secretario ejecutivo de la Coordinadora Nacional de DD.HH., Ronald Gamarra, consideró que los niños de SL son víctimas del terrorismo a los que se necesita identificar y rescatar del VRAE.
Gamarra asegura que la comunidad internacional conoce de estas prácticas y recordó que existen disposiciones precisas en el sentido de que ningún menor de 18 años puede ser enrolado, ser partícipe en conflictos armados o ser obligado a llevar armas bajo penas de crímenes de guerra.
“Cualquier estrategia que se contemple para el VRAE debe considerar el rescate de esos niños”, sostuvo. El operativo de San Isidro, por lo pronto, no solo permitió identificar al pelotón de ‘Alipio’. Demostró también que, tras muchos traspiés y bajas, las FF.AA. se acercan cada vez más a SL. (Américo Zambrano)