Al menos diez heridos leves dejó una tradicional corrida de toros, durante la fiesta patronal del barrio Yurac Yurac (blanco blanco), realizada el domingo.
Los espontáneos "toreros" volaron por los aires tras ser embestidos por los enfurecidos animales provenientes del interior de la región.
Más que la embestida, la mayor preocupación radicó en la caída al piso, donde los cogidos podían quedar parapléjicos o morir desnucados.
Muchos de los espectadores, envalentonados por el licor, se lanzaron al ruedo, retando a los animales ante la muchedumbre.
No obstante, los heridos fueron atendidos en el mismo ruedo entre bromas y risas, con un poco de agua, unos masajes y hasta algo de licor para limpiar las heridas.