En Sendero Luminoso (SL), las mujeres llegaron a ocupar altos cargos, pues se sabe que -en 1990- ocho de los 19 miembros del denominado Comité Central pertenecían a ese género. Y cifras de aquella época señalan que el 40% de acusados por terrorismo era de sexo femenino.
En la actualidad, los mandos senderistas han limitado el papel de las mujeres dentro del aparato subversivo a funciones de procreación y labores domésticas. Incluso varias de ellas son sometidas sexualmente por los cabecillas terroristas, según reportes de inteligencia militar.
La facción de SL que opera en el Valle de los Ríos Apurímac y Ene (VRAE), liderada por Víctor Quispe Palomino (José), mantiene en actividad al Movimiento Femenino Popular (MFP), pero sólo en función al "soporte familiar". El MFP fue creado por el máximo líder senderista Abimael Guzmán en 1969 para organizar a las mujeres bajo la óptica revolucionaria, "en defensa de la clase popular y del pueblo".
"Ahora el papel central de ellas es ser 'procreadoras'. Esta situación explica que los mandos subversivos no sólo secuestran y explotan sexualmente a las adolescentes, sino también practican la poligamia", afirmaron las fuentes.
De acuerdo con información de inteligencia, los camaradas José, Raúl y Alipio mantienen relaciones con varias mujeres pese a contar con una pareja supuestamente formal. Es el caso de Orlando Borda Casafranca (Alipio) con Senia o Carmen, quien fue secuestrada por los terroristas cuando aún era menor de edad y luego se convirtió en su compañera.
Una de las misiones de estas mujeres adolescentes sería garantizar el abastecimiento logístico y movilizar a los "niños pioneros" (adoctrinados por SL) a fin de trasladarlos a otros escenarios denominados bases de apoyo o wawahuasis. Allí los menores son atendidos por mujeres más experimentadas (parteras o nanas), que cumplen esta función bajo amenazas para brindarles la seguridad y custodia necesarias, por ser considerados por los delincuentes terroristas como la fortaleza de su movimiento.
Cautivas y esclavizadas. Según estimaciones de la Dirección de Inteligencia del Ministerio del Interior (Digimin), SL tiene a una masa cautiva de aproximadamente 300 personas, entre las cuales hay más de 70 niños y unas 50 mujeres. Alrededor de 15 de estas últimas son de la "tercera edad".
De acuerdo con fuentes policiales, estas mujeres maduras se desempeñan como sirvientas y son las encargadas de cuidar a los menores, mientras que las jóvenes hacen vida marital con los terroristas.
"Cuando una cautiva llega a la senectud, es vejada, humillada y finalmente muere en el más profundo abandono, con enfermedades, las cuales no pueden curar por su situación de cautiverio", indicó la fuente.
Estas mujeres son, por lo general, secuestradas en las comunidades altoandinas y asháninkas, son esclavizadas y están bajo la custodia de la "fuerza principal" terrorista, que evita que sean rescatadas por las fuerzas del orden o puedan huir por iniciativa propia.
(*) Publicación regional de Correo-Huancayo
Tiempos sangrientos
El cabecilla senderista Abimael Guzmán fundó el Movimiento Femenino Popular (MFP), instancia política que lo acompañó hasta el mismo día de su captura, en setiembre de 1992. La mencionada organización le dio mujeres que fueron cuadros políticos y además militancia dispuesta a asesinar en pro de la "revolución". Sin embargo, todo ese poder que Guzmán les otorgó a ellas, el nuevo líder senderista José se los quitó, pues ahora la mujer de Sendero es sumisa y sin voz.