El Estado necesita aplicar una estrategia integral en el Valle del Río Apurímac y Ene (VRAE), donde existen remanentes terroristas y grandes áreas de cultivos ilegales de coca, pues, “no se trata de un problema puramente militar”, sostuvo hoy el almirante (r) Jorge Montoya.
“En esta zona se tiene que aplicar una estrategia integral del Estado. No es un tema exclusivamente militar, sino también social, en el que ha habido una dispersión del esfuerzo y, por ello, pocos resultados, pese al incremento de recursos para esa zona”, aseveró a la Agencia Andina.
Montoya, ex jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, indicó que en el VRAE hay un problema social que debe afrontarse con herramientas distintas a las armas, y para ello es necesario crear dos polos de desarrollo que permitan a los lugareños abandonar la economía ilegal del narcotráfico.
Afirmó que cada polo de desarrollo, que cuente con la infraestructura necesaria en carreteras, centros de salud, educación, puede permitir el progresivo agrupamiento de la población dispersa hacia estas zonas más seguras del VRAE, donde pueden incorporarse a la economía legal.
El informe de 2010 de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) reveló que la superficie de cultivos de coca en el país creció por quinto año consecutivo, principalmente en el VRAE, y alcanzó las 61,200 hectáreas en total.
Montoya indicó que es muy difícil y oneroso lograr dotar de la infraestructura necesaria a los 124 mil kilómetros que comprende el VRAE, pero sí es posible concentrarla en dos áreas específicas: una en la zona de ceja de selva y la otra en la andina.
En paralelo es necesario aplicar intensivamente un programa de sustitución de sembríos alternativos, con una subvención económica a los agricultores, por un periodo de cuatro o cinco años, para alejarlos del cultivo ilegal de coca, cuya hoja es el principal insumo para la elaboración de cocaína.
“Si se aplica esta estrategia tendremos buenos resultados, porque erradicar por erradicar no nos lleva a ninguna salida”, anotó.
En esa línea consideró que no sería adecuado incrementar el número de bases antisubversivas en el VRAE, sino más bien acompañar el desarrollo social con una presencia militar sostenida.
También opinó que el responsable del plan para esa zona del país debe tener las herramientas y facultades necesarias para poder trabajar con eficacia, a diferencia del desinterés mostrado en el pasado.