Con la publicación del reportaje del periodista y documentalista Fernando Lucena sobre los senderistas del VRAE, IDL-Reporteros tomó una decisión editorial importante, que creo necesario compartir con nuestros lectores.
El exclusivo reportaje de Lucena fue realizado enteramente por él. No puedo sino admirar su iniciativa, diligencia y coraje para afrontar las incertidumbres y peligros que entrañaba internarse en el VRAE para entrevistar a los dirigentes senderistas. En tanto ya ha realizado otras arriesgadas coberturas, este reportaje no fue producto de la casualidad, sino fue el trabajo de un destacado reportero que combina el planeamiento meticuloso con la intrepidez para cumplir la razón de ser de un periodista: informar al mundo sobre los eventos de importancia para éste, aunque ocurran en lugares remotos y plenos de peligro.
Lucena hizo este reportaje para un público internacional, que lo verá probablemente con curiosidad y distancia. Para nosotros, peruanos, sin embargo, no hay distancia sino necesidad de conocer.
Por eso, IDL-Reporteros decidió adquirir el derecho de publicar la versión del reportaje que Lucena compiló para nosotros. Hemos hecho eso pese a no tener control editorial sobre el reportaje ni su presentación. IDL-R aceptó la condición de Lucena de que la edición de las cuatro entregas de su reportaje, junto con la nota que lo presenta, no sufra modificación editorial alguna.
En un tema tan sensible como el de este reportaje –múltiplemente arraigado en los traumas y tragedias de la guerra interna que provocó el senderismo– esa no fue una decisión fácil. Pero al final la decisión era clara: el derecho y la necesidad de la gente de estar informada sobre algo que, para su perjuicio, ignora, fue la consideración decisiva.
Por control editorial –quiero ser claro para quienes no comprendan bien el concepto–, no quiero significar en absoluto ninguna censura ni distorsión de la verdad de los hechos.
Pero los hechos se ordenan narrativamente y se contrastan con otros, relacionados o relevantes, de acuerdo con los criterios y conocimientos que dispone una publicación. Asimismo, la elección de términos para nombrar y calificar a personajes y acciones modifican en uno u otro sentido el acierto expositivo de un reportaje. La suma funcional de esos factores determinan el enfoque editorial en la publicación de reportajes de un medio.
Hay afirmaciones de Lucena con las que no coincido. Enumero algunas:
• Dice Lucena que los dirigentes de SL-VRAE “han sido miembros del “Ejército Popular” de Sendero Luminoso y, en el pasado, han tomado parte en inexcusables y brutales actos de terrorismo”. Todo aquel que militaba en Sendero Luminoso (es decir, en la ultraortodoxa versión del Partido Comunista del Perú que dirigió Abimael Guzmán y que conocemos como Sendero Luminoso), era antes que nada un militante político. No existía una parte militar separada de la política en el senderismo, sujeta a reglas y formas de disciplina diferentes a las del resto. Incluso los grupos más especializados de la llamada ‘Fuerza Principal’ vivían cotidianamente la inmersión total en el exacerbado dogmatismo senderista. Los hermanos Quispe Palomino, de otro lado, no fueron simples miembros o militantes de base senderistas, sino cuajados dirigentes del Comité Regional Principal en el momento de la caída de Guzmán. Fueron, recuérdese, los lugartenientes de ‘Feliciano’, el único miembro del Politburó senderista que quedó en libertad después de la caída de Guzmán en septiembre de 1992.
• También sostiene Lucena que “a diferencia de Sendero Luminoso, el “Militarizado PCP” [como se llama a sí mismo ahora el SL-VRAE] no comete actos de violencia contra la población civil. Tampoco recurre al empleo de bombas, incendios, vandalismo o, en general, a cualquier accionar cuya finalidad sea aterrorizar a la ciudadanía”. Eso es, en términos generales, cierto. Pero está relacionado con dos factores: el primero, que los actuales dirigentes del SL-VRAE experimentaron los resultados catastróficos que supuso para ellos el ataque salvaje a poblaciones: estas se organizaron en los legendarios DECAS y los derrotaron, empujándolos hasta Vizcatán en medio de una guerra crudelísima. El segundo es que la acción de SL-VRAE se da, por lo general, a cierta distancia de los centros de mayor población y, en especial, de los que fueron el eje de la lucha contra ellos, como Pichiwillca, por ejemplo.
Hay algunas otras observaciones que haré desde esta columna conforme se publiquen las entregas.
El objetivo de estas será contribuir a la mejor información y análisis más enterado de la gente y de ninguna forma a restar mérito al sobresaliente logro periodístico de Lucena.
En esta y las próximas tres entregas, podrán ver de cerca a los principales dirigentes de SL-VRAE y examinar con detalles sus argumentos, fuerzas y carencias. Habrá, por cierto, el inevitable alegato de “por qué se le da tribuna a los terroristas’ y quizá hasta la acusación de servirles de ‘caja de resonancia’.
Escuché muchas veces ese argumento durante los años de la guerra interna, invariablemente proferido por quienes habían escogido el exorcismo y la ignorancia como estrategia. Gracias sobre todo a esa gente, Sendero avanzó tanto y logró causar tan horrendas heridas a la nación.
Hace algo más de dos mil quinientos años, el gran Sun Tzú resumió la sabiduría esencial del arte de la guerra: “Conoce a tu enemigo y conócete a ti mismo; [y así] en cien batallas, nunca saldrás derrotado”.
Muchos conocen ese precepto, pero pocos el razonamiento que lo continúa: “Si eres ignorante de tu enemigo pero te conoces a ti mismo, tus oportunidades de ganar o perder son las mismas. Si eres ignorante de tu enemigo y de ti mismo, puedes estar seguro de ser derrotado en cada batalla”.