De la calle a la mesa. Centenaresde rabos de perros de diferente tamaño y color, como negros, blancos, plomos, cremas, están esparcidos en un riachuelo de donde muchos vecinos recogen el agua. Agentes de la Policía Ecológica de Huancayo, llegaron hasta el barrio rural La Cantuta, en Incho, frontera entrelos anexos de Cullpa Baja y Aza.
Los custodios del orden, constataron el atentado contrala salud pública. A lo largo de más de un kilómetro, encontraron más de 800 colasde animales (perros) que habrían sido sacrificados, al parecer para vender la carne, que luego llegaría a la mesa popular, convertida en comida típica.
MUCHO CUIDADO. Mortificados, los vecinos, manifestaronque el sábado último encontraron decenas de rabos en elriachuelo. En esta zona se encontró, además, dos costalesllenas de colas putrefactas. “Muchos cocinan y beben agua de este riachuelo. Sin darse cuenta, Huancayo habría consumido carne de perro, como si fuera carnero al palo o cabrito” comentó Nidia García Camac.
Por su parte, el presidente del barrio La Cantuta, Antonio Paredes, hizo un llamado a las autoridadespara que investiguenel hecho y pidió mayor vigilancia,a fin de evitar que estazona se convierta en un botadero de basura. El técnico PNP José Gutarra, refirió que buscarán identificar quiénes estarían traficando con los animales, para vender la carne en localidades donde se realizan actividades festivas.